La kombucha es una bebida milenaria que ya tomaban los samuráis y que se consigue gracias a la fermentación natural de té verde y azúcar que lleva a cabo una colonia de bacterias y levaduras llamada Scoby. En el proceso de fermentación, el Scoby se come casi todo el azúcar y produce unas burbujas que convierten a la kombucha en un refresco delicioso.